En un entorno industrial donde los márgenes son cada vez más ajustados y la competitividad no da tregua, disponer de información fiable y procesos conectados se convierte en una necesidad estratégica. Aquí es donde entra en juego el ERP Industrial: una solución que va mucho más allá de un software administrativo y que se convierte en el auténtico sistema nervioso de la empresa.
Con un ERP como RPS, las compañías pueden integrar todas sus áreas – compras, ventas, planificación, producción, calidad, logística, finanzas y proyectos – en una única plataforma, consiguiendo datos coherentes, procesos trazables y decisiones más rápidas y seguras.
Un ERP Industrial es la columna vertebral de la Industria 4.0. Su función principal es unificar el flujo de información, evitando silos de datos y eliminando procesos manuales o duplicados. Con ello, la empresa gana:
Este nivel de integración es imprescindible para sincronizar la planificación con la ejecución y abrir la puerta a la mejora continua.
A diferencia de otros ERP genéricos, RPS ha sido creado específicamente para responder a las necesidades reales de la fabricación.
Sus principales ventajas son:
En un mercado cada vez más exigente, contar con un ERP Industrial como RPS no es una opción, es un factor diferencial. RPS permite coordinar personas, recursos y máquinas en un solo plan, ayudando a las empresas a dar el salto definitivo hacia la Industria 4.0.
El siguiente paso natural es su integración con un sistema MES, cerrando así el ciclo de información entre planificación y ejecución para alcanzar la máxima eficiencia.
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